DIARIO DE VIAJE
VIAJE 9: FELICIDAD
Abandonamos Serenidad para viajar a la siguiente estación.
El nuevo paisaje parece sonreirnos. Obsevamos las blancas y mullidas nubes y vemos que tienen ojitos entornados y bocas sonrientes.
Atravesamos un verde valle lleno de flores multicolores. Las flores se balancean suavemente acariciadas por la brisa y un aroma sutilmente dulce a frambuesas entra por las ventanillas. Entornamos los ojos y respiramos profundamente su fragancia.
Mariposas de colores revolotean por el cielo dibujando espirales y círculos.
Miro las caritas de mis acompañantes y observo rostros calmados con tiernas sonrisas en sus ojos y labios ligeramente arqueados.
Una risueña voz anuncia nuestra llegada a: Felicidad.
El cuadro Felicidad de Abidin Dino y el concierto para oboe en sol menor de Albinoni nos reciben en esta estación.
Seguimos la misma secuenciación que en las anteriores emociones.
1. Describo el viaje para que vayan entrando en situación.
2. Leo la definición de la emoción que aparece en el Emocionario.
3. Abrimos una tertulia para hablar cuando sienten esa emoción.
4. Observamos el cuadro y analizamos el color, la composición y los personajes que aparecen.
5. Cierran los ojos y mientras escuchan El Allegro del concierto para oboe de Albinoni imaginan situaciones en las que se sienten felices.
6. Dibujan en la ficha lo que han imaginado escuchando la música de fondo.
¿Y cuándo son felices mis compañeros de viaje? unos en su cumpleaños, otros con sus amigos, cuando están con la familia, cuando viene Papá Noel...
Abandonamos Felicidad con la misma sonrisa que los personajes del cuadro y nos preparamos para la siguiente: Alegría.
La idea de crear este blog ha surgido para dar a conocer las actividades y proyectos que se llevan a acabo en mi aula, además de opinar sobre temas relacionados con la educación y con la escuela rural.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
domingo, 4 de diciembre de 2016
8ª PARADA: SERENIDAD
DIARIO DE VIAJE
VIAJE 8: SERENIDAD
Emprendemos el viaje hacia una nueva estación. El tren arranca tranquilo y avanzamos pausadamente por las vías.
El paisaje es muy llano, casi no hay montañas y las pocas que aparecen son de formas redondeadas y provocan un efecto ondulante, se asemejan más a unas olas que a unas montañas. Además, las tonalidades azules que están cubriendo todo el paisaje todavía acentúan más esta sensación. Turquesas, aguamarinas y ópalos azules cubren todo el suelo.
Al fondo parece que divisamos una gran masa de agua y los raíles nos conducen hacia allí, donde parecen desaparecer. El cielo azul cian se une con el color turquesa del mar y empezamos a navegar.
No se encucha el motor del tren, solo el moviemto de las aguas golpeando suavemente los vagones. Nos dejamos llevar, flotamos, parece que no nos movemos, pero poco a poco nos vamos acercando a la estación.
Está anocheciendo, es la hora azul, y una voz con tono calmado y sosegado anuncia nuestra llegada a: Serenidad.
El adagio de Albinoni y el cuadro Serenidad de Kagaya, nos dan la bienvenida.
Seguimos la misma secuenciación que en las anteriores.
1. Describo el viaje para que vayan entrando en situación.
2. Leo la definición de la emoción que aparece en el Emocionario.
3. Abrimos una tertulia para hablar cuando sienten esa emoción.
4. Observamos el cuadro y analizamos el color, la composición, la figura protagonista...
5. Cierran los ojos y mientras escuchan la pieza musical imaginan situaciones en las que sienten alivio.
6. Dibujan en la ficha lo que han imaginado escuchando la música de fondo.
En la tertulia han explicado que sienten serenidad cuando van a dormir, cuando buscan un momento de soledad y silencio, cuando ven llover...
Al acabar la sesión de esta emoción, he aprovechado para introducirles en el mindfullness. El mindfullness es la aptitud de la mente de prestar atención a lo que hay, aquí y ahora, estando totalmente conscientes de cada momento que vivimos.
Para iniciarles en esta práctica he contado con el libro "Tranquilos y atentos como una rana" de Eline Snel. En él se explica de una manera muy sencilla, como ir introduciendo el mindfullness en sus vidas. Además viene acompañado de un CD para poder practicar algunos ejercicios.
Los resultados han demostrado que los niños que practican estos ejercicios duermen mejor, están más concentrados y serenos y se sienten más seguros.
Así que después de leer todo esto y más sobre el mindfullness decidí empezar a practicarlo en el aula con mis alumnos.
Hemos empezado con el primer ejercicio del CD, dura unos 12 minutos y es increíble observar como están todos quietos y atentos, siguiendo las indicaciones del CD.
Al finalizar la actividad les he preguntado como se sentían y su respuesta ha sido: raros, pero bien.
Me sorprendió lo de "raros", pero luego me detuve a pensar y me di cuenta de que nunca antes habían sentido una sensación similar, ya que durante el tiempo que ha durado el ejercicio han estado quietos, relajados, siendo conscientes en todo instante del momento en el que se encontraban. Normalmente esta situación no se da en su día a día, porque no paran de hacer, pensar, mirar... y cuando se detienen es para dormir.
Seguiremos practicando el mindfullness, por todo lo que les aportará y para que la sensación "raro" desaparezca, convirtiendo esta práctica en algo habitual en su día a día.
Os dejo los enlaces de los dos libros que he adquirido para empezar esta práctica.
VIAJE 8: SERENIDAD
Emprendemos el viaje hacia una nueva estación. El tren arranca tranquilo y avanzamos pausadamente por las vías.
El paisaje es muy llano, casi no hay montañas y las pocas que aparecen son de formas redondeadas y provocan un efecto ondulante, se asemejan más a unas olas que a unas montañas. Además, las tonalidades azules que están cubriendo todo el paisaje todavía acentúan más esta sensación. Turquesas, aguamarinas y ópalos azules cubren todo el suelo.
Al fondo parece que divisamos una gran masa de agua y los raíles nos conducen hacia allí, donde parecen desaparecer. El cielo azul cian se une con el color turquesa del mar y empezamos a navegar.
No se encucha el motor del tren, solo el moviemto de las aguas golpeando suavemente los vagones. Nos dejamos llevar, flotamos, parece que no nos movemos, pero poco a poco nos vamos acercando a la estación.
Está anocheciendo, es la hora azul, y una voz con tono calmado y sosegado anuncia nuestra llegada a: Serenidad.
El adagio de Albinoni y el cuadro Serenidad de Kagaya, nos dan la bienvenida.
Seguimos la misma secuenciación que en las anteriores.
1. Describo el viaje para que vayan entrando en situación.
2. Leo la definición de la emoción que aparece en el Emocionario.
3. Abrimos una tertulia para hablar cuando sienten esa emoción.
4. Observamos el cuadro y analizamos el color, la composición, la figura protagonista...
5. Cierran los ojos y mientras escuchan la pieza musical imaginan situaciones en las que sienten alivio.
6. Dibujan en la ficha lo que han imaginado escuchando la música de fondo.
En la tertulia han explicado que sienten serenidad cuando van a dormir, cuando buscan un momento de soledad y silencio, cuando ven llover...
Al acabar la sesión de esta emoción, he aprovechado para introducirles en el mindfullness. El mindfullness es la aptitud de la mente de prestar atención a lo que hay, aquí y ahora, estando totalmente conscientes de cada momento que vivimos.
Para iniciarles en esta práctica he contado con el libro "Tranquilos y atentos como una rana" de Eline Snel. En él se explica de una manera muy sencilla, como ir introduciendo el mindfullness en sus vidas. Además viene acompañado de un CD para poder practicar algunos ejercicios.
Los resultados han demostrado que los niños que practican estos ejercicios duermen mejor, están más concentrados y serenos y se sienten más seguros.
Así que después de leer todo esto y más sobre el mindfullness decidí empezar a practicarlo en el aula con mis alumnos.
Hemos empezado con el primer ejercicio del CD, dura unos 12 minutos y es increíble observar como están todos quietos y atentos, siguiendo las indicaciones del CD.
Al finalizar la actividad les he preguntado como se sentían y su respuesta ha sido: raros, pero bien.
Me sorprendió lo de "raros", pero luego me detuve a pensar y me di cuenta de que nunca antes habían sentido una sensación similar, ya que durante el tiempo que ha durado el ejercicio han estado quietos, relajados, siendo conscientes en todo instante del momento en el que se encontraban. Normalmente esta situación no se da en su día a día, porque no paran de hacer, pensar, mirar... y cuando se detienen es para dormir.
Seguiremos practicando el mindfullness, por todo lo que les aportará y para que la sensación "raro" desaparezca, convirtiendo esta práctica en algo habitual en su día a día.
Os dejo los enlaces de los dos libros que he adquirido para empezar esta práctica.
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