domingo, 30 de octubre de 2016

4ª PARADA: IRA

DIARIO DE VIAJE

VIAJE 4: IRA

Salimos de la estación de Odio echando pestes y subimos al tren.
Dejamos atrás Odio y su espesa y oscura niebla. El tren empieza un rápido y vertiginoso viaje hacia una gran montaña coronada por unas rojas nubes bajas y un cielo de tonalidades infernales.
Observo la impresionante montaña como muda su color a rojo oscuro, naranja y negro. Empieza por la cumbre y va descendiendo y tiñendo todo lo que encuentra; no es una simple montaña, es un volcán y nos dirigimos hacia él.
Nuestro camino sigue por un incandescente valle de lava. Empiezo a sentir un fuerte e intenso calor que nace de mi interior. Mi rostro hierve, mi corazón se acelera y mi cuerpo se tensa.  A pesar del paisaje de lava que lo cubre todo, la temperatura exterior me produce alivio ya que no es tan alta como la mía, siento que me voy a fundir.
El ascenso al volcán es veloz y violento, nos quedamos pegados al asiento debido a la aceleración del tren.

Una voz como un rugido nos anuncia que estamos en la estación Ira.
Bajamos hechos una furia a contemplar el cuadro de Helene Knoop con O Fortuna de Carl Orff sonando de fondo.

Seguimos la misma secuenciación que en las anteriores.

1. Describo el viaje para que vayan entrando en situación.
2. Leo la definición de la emoción que aparece en el Emocionario.
3. Abrimos una tertulia para hablar cuando sienten esa emoción.
4. Observamos el cuadro y analizamos el color, la composición, la figura protagonista...
5. Cierran los ojos, y mientras escuchan O Fortuna imaginan situaciones que les provoquen ira.
6. Dibujan en la ficha lo que han imaginado.

Esta vez el viaje ha sido muy intenso. Después de hablar de las cosas que les generan ira y escuchar la música, un alumno ha vivido esta emoción muy fuertemente. Este alumno tiene una piel emocional muy fina. Fácilmente se pone en situación y vive los recuerdos como si realmente estuvieran sucediendo. La ira hoy le ha superado, pero nos ha llevado a un momento extremadamente bonito y mágico.

Al finalizar la música su cara era la ira personificada, incluso sentía la necesidad de golpear la mesa. De repente ha roto a llorar amárgamente y me ha indicado que necesitaba hablar conmigo.
En esa conversación él ha manifestado la angustia que siente cuando le invade la ira. Me ha explicado que en esos momentos vive una lucha interior con lo que la ira le llevaría a hacer y el freno que ejerce el amor que siente hacia la persona que le provoca esa ira. Es consciente de que si se deja llevar por esa emoción, el resultado de sus acciones le llevarán al arrepentimiento. Este recuerdo le ha conducido a otros momentos donde contenía la ira por sentirse rechazado en su anterior colegio.

Todo este desahogo que ha experimentado le ha llevado a manifestar la felicidad que siente por estar con sus nuevos compañeros, que ahora siente como amigos. Me dice que es feliz porque es escuchado y puede hablar en libertad, sin miedo a que le juzguen ni se rían de él.
Todo estos sentimientos positivos los ha declarado delante de la clase. Ha sido un momento tan bonito y tierno... sus compañeros se han levantado de sus sillas y le han abrazado, él estaba hecho un mar de lágrimas.
Después un alumno de segundo, de manera espontánea le ha dedicado unas palabras por escrito haciéndole saber que para él también es su amigo. Otros alumnos más mayores también le han escrito mensajes diciéndole lo importante que es para ellos.

Todo lo que se ha llevado este alumno en esta sesión tiene un valor inconmensurable y será un recuerdo que le acompañará mucho tiempo. La capacidad empática del resto del grupo y cómo le han ayudado a sentirse mejor, no tiene precio.
Esta sesión ha sido preciosa, estoy muy orgullosa de mis siete alumnos, los cuales han demostrado una gran sensibilidad y empatía hacia un compañero que se ha abierto a ellos, mostrando su parte más vulnerable.

Me encantaría que lo que se ha vivido en mi clase pudiera experimentarse en más aulas. Porque si un alumno se siente seguro emocionalmente y es feliz en clase, el aprendizaje va a ser mucho más fácil. Me siento muy tranquila con mis alumnos para trabajar las emociones, sé que serán respetuosos con los compañeros que decidan abrirse, sé que los comprenderán y se cercarán a ayudarlos. Confío en ellos, sé que me van a propiciar un entorno seguro, por eso me siento muy cómoda trabajando con algo tan frágil como nuestras emociones.

El día de hoy ha sido un regalo para mí. Todo gracias al magnífico trabajo del Emocionario, ya que sin él, esta situación no se habría dado.
Después de todo lo que estoy experimentado con este proyecto veo que es necesario crear espacios donde poder hablar de nuestras emociones, compartirlas y sentirnos escuchados y comprendidos.


viernes, 21 de octubre de 2016

3ª PARADA: ODIO

DIARIO DE VIAJE

VIAJE 3: ODIO

Subimos al tren dejando atrás el sabor agridulce del amor. Pronto arranca y algo en el ambiente avisa que la nueva emoción no será tan placentera.

Una espesa y oscura niebla empieza a cubrir el paisaje de tonos rojos y rosados de la estación Amor. Esta densa bruma lo tapa todo y se cuela por las ventanillas del tren. Respiramos y la niebla empieza a penetrar en nuestro cuerpo. Comenzamos a sentir como cambian nuestras ideas. La neblina está envenenando nuestros pensamientos.

De los laterales de los asientos se abren unas puertecitas que nos ofrecen una bebida. No tengo mucha sed, pero decido beber por cortesía. Tomo el vaso y lo llevo a mis labios, un trago es suficiente para empezar a notar el amargor del líquido. Intento deshacerme del mal sabor escupiendo y frotándome la lengua con la mano, pero ya es tarde. Noto como la amargura del brebaje empieza a correr por las venas y a adentrarse en mis entrañas.

Una voz cortante anuncia con desprecio la siguiente parada: Odio.

El cuadro de Artemisia, Judith, preside la estación. El ária de la Reina de la noche, La venganza del infierno hierve en mi corazón, de la ópera la Flauta Mágica de Mozart viaja junto con la niebla hasta nuestros oídos.

La secuenciación de la actividad ha sido la misma que en las dos anteriores (ternura y amor).
Después de la pequeña introducción del trayecto hemos leído la definición de Odio que aparece en el Emocionario. A continuación se ha abierto una pequeña tertulia donde han explicado las situaciones o cosas les generan odio.

Entre los ganadores del odio se encuentra la mayonesa, seguida por los exámenes y las arañas (sinceramente, la mayonesa me ha sorprendido... la verdad es que mis diez acompañantes nunca dejan de sorprenderme y ese es uno de los encantos de esta profesión).

Han obervado el cuadro y han destacado el claroscuro de la imagen. Esta vez es una mujer la autora de la obra, Artemisia. No es muy habitual encontrar mujeres pintoras en esa época y desde la escuela debemos visibilizarlas.

He contextualizado el fragmento musical que iban a escuchar explicando brevemente el argumento de la flauta mágica y el papel de la Reina de la Noche. Después de la audición alguno ha comentado que no le ha ayudado a sentir odio, no lograba identificarlo en ese música. Entonces he decidido mostrarles un enlace donde puede verse el fragmento y además aparece subtitulado. Os dejo el enlace porque os puede resultar muy útil ya que con este recurso sí que he conseguido que todos sientan la emoción que estabámos trabajando.
Han finalizado la actividad dibujando en las fichas aquello que les genera odio.

Abandonamos esta estación y nos preparamos para la siguiente: Ira.

jueves, 20 de octubre de 2016

DIARIO DE LA FELICIDAD

Esta idea surgió de dos proyectos que ya conocía: el frasco de la felicidad y el diario de gratitud.
Cada día, antes de cenar o dormir dedicarán un momento a pensar en todas las cosas que les han ocurrido a lo largo del día y escribirán en el diario aquello que más les haya gustado.
Lo importante de este ejercicio es que aprendan a ver las cosas positivas que les ocurren y que se vayan a dormir con un bonita sensación.
Este diario también les puede venir bien para subir el ánimo cuando tengan momentos bajos. Releerlo puede llevarles de nuevo a recordar buenos momentos.
Esta actividad les ayudará para la vida y si son constantes podrán convertirse en unos adultos con pensamiento positivo.




En la primera página tienen unas instrucciones. Aquí te las puedes descargar en castellano y en valenciano.

viernes, 14 de octubre de 2016

2ª PARADA: AMOR

DIARIO DE VIAJE

VIAJE 2: AMOR

Seguimos nuestro viaje rumbo a la segunda estación. Todavía conservamos en nuestras caras la sonrisa tierna que nos provoca la imagen de un bebé.
Arranca el tren y pronto empieza a cambiar el paisaje. Un campo de amapolas de un intenso rojo nos indica que ya hemos dejado atrás los colores pastel que envolvían la estación de la ternura.
Pasamos por un largo túnel de rosas rojas y rosas, el vagón y nuestra ropa se inunda de su fresco aroma. 
Al salir del túnel una espesa nube de mariposas princesa roja nos saluda con sus alas y nos acompaña durante un tramo del trayecto. El recorrido tiene algunas pequeñas subidas y bajadas que nos provocan cosquillas en el estómago. Mis diez acompañantes ríen y se divierten mientras apoyan sus manos en la tripa.

Una voz con un tono muy cariñoso anuncia que estamos llegando a la estación Amor.


Dos cuadros de Gustav Klimt decoran esta parada. Y la música de Enio Morricone ameniza nuestra estancia en Amor.

He seguido la misma secuencia que en la anterior parada, Ternura. Después de relatar el pequeño trayecto hasta Amor, he leído la definición de Amor en el Emocionario. A continuación hemos abierto la tertulia para hablar de esta emoción. Seguidamente hemos analizado los dos cuadros de Klimt y hemos imaginado momentos de amor con la música de Ennio Morricone. Hemos finalizado la actividad dibujando en la ficha aquello que despierta nuestra emoción.

Como muy bien se define en el libro Emocionario, la emoción amor puede ser de las más contradictorias. Nos puede provocar una gran sonrisa o una cascada de lágrimas. En nuestro viaje ha sido más bien la segunda reacción; la clase se ha convertido en una cascada de lágrimas.
Han recordado momentos muy bonitos con familiares o mascotas que ya no están. Dentro del dolor que sentían porque ya no podían dar ni recibir amor de sus seres queridos, mostrarse tan vulnerables al resto ha hecho que el patio se volviera un lugar más comprensivo a la hora de compartir juegos. Bien es cierto que entre ellos no hay grandes conflictos, pero sí pequeños roces lógicos que surgen de la convencia, pues hoy no ha habido ningún motivo para disgustarse durante el patio. Había más complicidad entre ellos, estaban conectados por un mismo sentimiento.

 Este viaje está superando mis espectativas, solo llevamos dos paradas y siento que el hecho de hablar, sentir y emocionarnos juntos nos está uniendo más como grupo.
Ahora toca prepararnos para la próxima parada, Odio.


viernes, 7 de octubre de 2016

1ª PARADA: TERNURA

DIARIO DE VIAJE

VIAJE 1: TERNURA

Empezamos la aventura.
He llegado a la estación de Sagra, no hay nadie todavía. Es muy temprano, aun no ha salido el sol.
Poco a poco van acudiendo todos los pasajeros de este viaje, seremos once. Parecen algo nerviosos. A unos les da por hablar, otros están callados con la mirada perdida, unos no paran quietos y otros paran quietos.
 

Yo también estoy muy nerviosa, no sé que cosas removerá este viaje. La suerte es que no estoy sola, nos acompañamos y nos apoyamos los once en este emocionante viaje que vamos a emprender.
Oímos un ruído y asomamos nuestras cabezas, se acerca un tren.


Está amaneciendo y el brillo del sol acaricia la roja y brillante pintura de los vagones dándole un tono anaranjado. Es un antiguo tren de vapor.

Cuando para ante nosotros podemos contemplar sus limpias ventanillas y el fantástico brillo de la pintura. Es rojo, precioso, con delicadas decoraciones doradas en las esquinas de los vagones. Su aspecto limpio y cuidado invita a entrar nada más verlo. Estamos fascinados, es extraordinariamente hermoso.
 

Empezamos a subir, no llevamos equipaje, solo nuestras vivencias y recuerdos.
Subimos muy emocionados, con los ojos muy abiertos observándolo todo, parpadeando lo justo para no perder detalle.


Entramos en el primer vagón y nos llega un agradable olor fresco y cítrico. A nuestros pies, una moqueta en color crudo con una cenefa granate bordeando del pasillo acaricia nuestros pasos. Los asientos son de piel en color verde oliva. Son muy mullidos y confortables. Encima del reposa cabezas y en los laterales hay unas decoraciones florales con espirales en dorado envejecido. En las ventanas, unos ligeros visillos delicadamente bordados tamizan la luz que empieza a colarse por las ventanillas.


Dos silbidos anuncian la inminente salida, nos miramos y sonreímos; alguno aplaude. ¡Empieza el viaje!
Comienza a moverse ¡qué suave es la salida!
Nos desplazamos y parece que estemos flotando, se desliza con gran suavidad. Miramos por la ventana y no podemos creer lo que estamos viendo ¡estamos rodeados de blancas y esponjosas nubes!, el tren ha cambiado los raíles de hierro por un acolchado camino de algodón ¡viajamos por el cielo!


Hemos abierto la ventana para disfrutar del paisaje y el vagón se ha llenado de un dulce y delicioso aroma a algodón de azúcar. Inspiro profundamente y cierro los ojos intentado atrapar los recuerdos que esa fragancia ha traído a mi memoria.
¡El paisaje es tan distinto a todo lo conocido y tan bonito! Los colores de todo lo que nos rodea están en tonos pastel. Estamos viendo montañas verdes, árboles rosados, ríos azules... todo con tonalidades muy delicadas y de formas redondeadas.


Empezamos a descender y una voz muy dulce y aterciopelada nos anuncia que ya estamos llegando a la parada de la TERNURA.
La estación está decorada con un cuadro de Donald Zolan, Mi gatito y empezamos a escuchar una tierna música del compositor Alan Silvestri.


 Bajamos del tren deseosos por explorar esta emoción.

Depués de la introducción del viaje hemos leído la explicación de la ternura que se recoge en el emocionario. A continuación hemos abierto una tertulia para hablar de esta emoción y han ido contando cuando la sienten. Todos han coincidido en que las crías, los bebés y los cachorros son seres que les provocan ternura. Les apetece abrazarlos, acariciarlos, achucharlos...
Después hemos analizado el cuadro de Donald Zolan fijándonos en la luz, los colores, la composición. A continuación hemos escuchado la música de Alan Silvestri, con los ojos cerrados, pensando momentos que nos provoquen ternura.
Para finalizar, cada uno de ellos ha dibujado en la ficha los momentos tiernos que ha imaginado.


Nos hemos encontrado muy cómodos en esta emoción, pero nuestro viaje debe seguir. Nuestra próxima parada será: AMOR.