jueves, 23 de marzo de 2017

13ª PARADA: REMORDIMIENTO

DIARIO DE VIAJE

VIAJE 13: REMORDIMIENTO  

Nada más subir al tren empezamos a oír una voz en nuestra cabeza recordándonos que el cervatillo está solo en el bosque y no hemos hecho nada para ayudarlo. 
El paisaje se vuelve gris y empieza a soplar un fuerte viento que nos susurra constantemente que debíamos haber ayudado al pequeño ciervo. Nos tapamos los oídos intentando deshacernos del mensaje del viento, pero no es posible, ha entrado en nuestra mente. 
Nos adentramos en un espeso bosque donde todo parece susurrarnos. Vemos las plantas y los árboles como nos hablan, susurran, gritan... y nos insisten en la indefensa criatura que hemos dejado a su suerte, que no hemos socorrido y nos atormenta sin cesar.
Este pensamiento no nos abandona y empieza a consumirnos.

Una compungida voz anuncia nuestra llegada a: Remordimiento.

El remordimiento de Orestes de William Adolphe Bouguerau decora esta estación mientras suena por megafonía Cinema on fire de la película Cinema Paradiso del compositor Ennio Morricone.




















 Hemos seguido la misma secuenciación que en las anteriores emociones y en la tertulia mis compañeros de viaje han explicado en qué ocasiones han sentido remordimiento:
al abrir la puerta a un desconocido, al no defender a alguien cuando lo estaban criticando delante de mí, comer chuches escondido... alguno manifestó que nunca ha sentido remordimiento.

Nos vemos en la siguiente estación: Culpa

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